¿Puede internet hacer más difícil la organización sindical?

Un nuevo artículo de Eric Lee (director de Labourstart)
acerca de aquello en lo que habitualmente no pensamos a la hora de
valorar las ventajas e inconvenientes de Internet para la acción
sindical.

Viene a decir que, hoy en día, los empresarios están a un click de
ratón de saberlo todo de nosotros. La antigua estrategia de las listas
negras es ahora infinitamente más efectiva gracias a internet ya que
las identidades de los 'activistas' son públicas.

Es interesante la reflexión de Eric Lee y los comentarios que ha suscitado.

Comenta Eric Lee que de acuerdo con un informe reciente, 'la
dirección de Starbucks descubrió que dos empleados sindicalizados en
New York eran licenciados en un programa laboral de la Universidad de
Cornell… tomaron nota de nombres de otros licenciados de un foro de
discusión y los cruzaron con su lista de empleados de toda la nación.
Allí encontraron que otros tres empleados formaron parte de dicho
programa y recomendaron informar a los directivos locales'.

Es un movimiento 'inteligente': Starbucks no sólo buscaba
trabajadores que le dieran problemas, sino aquellos que potencialmente
pudieran creárselos.
Con las tecnologías de la minería de datos (data-mining) los gestores
de recursos humanos pueden tener la capacidad de bloquear la
contratación de sindicalistas o de personas cercanas a los
sindicalistas.

Entrar
en una red social e ingresar en un grupo afín a los sindicatos puede
dar a determinados gestores antisindicales una herramienta poderosa de
filtro y control. En el mundo real este sería un trabajo ingente, sin
embargo en la red, ya no lo es.

Siempre hemos defendido, dice Eric Lee, la utilización de las
nuevas posibilidades que ofrece Internet para la organización y la
acción sindical, para el crecimiento y refuerzo de nuestras
organizaciones. Los bajos costes y el amplio alcance de la red nos
refuerzan en las movilizaciones y reivindicaciones frente los
empresarios.

Pero la red también ofrece posibilidades a los elementos
antisindicales y existen algunas evidencias de que las empresas pueden
estar haciéndolo mejor que nosotros.

¿Cómo hacemos frente a los peligros del data-mining y de las
listas negras basadas en la web? Necesitamos que nuestros afiliados, y
particularmente nuestros activistas aprendan algunas de las habilidades
básicas sobre la protección de la privacidad en la red. Estamos oyendo
constantemente los consejos que se dan a los jóvenes y adolescentes
sobre lo que publican en redes tipo Facebook y cómo puede afectar a la
búsqueda de su primer trabajo. Pero ¿dónde están los consejos de los
sindicatos a sus afiliados sobre cómo comportarse en la red?, ¿cómo
porteger su identidad, encriptar su correspondencia, visitar webs de
manera anónima?… ¿Qué sindcatos están creando áreas protegidas para
sus discusiones on line que no sean facilmente accesibles por el
posible data-mining de determinados gestores o empresarios?.

Opina Eric Lee que como demuestra el caso de Starbucks, algunos
altos directivos sí han pensado sobre ello y lo utilizan para ir por
delante de nosotros en el uso de la web.

Como sindicatos
necesitamos formar a nuestros sindicalistas y afiliados (así como a los
posibles afiliados) en un momento en que la privacidad es, cada vez
más, cosa del pasado.

Pero no todo son inconvenientes.

Los comentarios consideran que aunque interesante, la reflexión
de Eric Lee no tiene en cuenta las ventajas que para un sindicato tiene
la utilización de la red.

Si bien es cierto que existe el
peligro potencial de las listas negras, no lo es menos que las campañas
en internet hacen que problemas locales se conviertan en globales, que
la solidaridad y el efecto de las campañas vaya mucho más allá de lo
que solía.

Por otra parte facilita el diálogo y el intercambio de
experiencias de una manera que hasta ahora no era posible con los
medios tradicionales. Internet combinada con la acción sindical en el
mundo real tiene la virtud de llevar al movimiento sindical en un
proceso cíclico de diálogo y acción que enriquece a cada uno de los
participantes.

En definitiva ¿es internet otro lugar en el que podemos ser controlados, o bien la condición necesaria para un auténtico movimiento sindical internacional?

 Miquel Lóriz

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