Sindicatos y comunicación en tiempos de crisis

Ecxcelente artículo de Antonio Gutierrez Rubí que debería hacernosno sólo pensar sino actuar. Las nuevas generaciones digitales, están muy lejos de modelos organizativos jerárquicos y de democracia presencial que forman parte de nuestra historia y de nuestra realidad. Hay que ir cambiando, nos va el futuro."Reinventar el sindicalismo" (atrapado por la lógica industrial en una sociedad cada vez más post-industrial) o, al menos, sus modelos organizativos y comunicativos para adaptarlos a los nuevos escenarios resulta inaplazable. Los sindicatos se enfrentan a una profunda revisión de su misión, su visión y su percepción pública y social.

“Agrupémonos todos en la lucha final.” (…Agrupémonos todos en la Red.”)

Después del protagonismo de los sobresaltos bursátiles, las consecuencias de la crisis económica y financiera en la vida cotidiana de las empresas, profesionales ytrabajadores se sitúan en el eje del debate político y mediático contoda su crudeza. El exceso de “Laissez faire, laissez passer ”nos ha llevado al mismo borde del precipicio.

El vértigo nos ha sacudido y nos ha alertado de que la lectura exclusiva de los indicadores macroeconómicos y suevolución, como mecanismo de análisis para comprender y gobernar lasituación actual, no nos permitirá entender lo que está pasandorealmente. Y, además, podría alejarnos del diagnóstico acertado que noes otro que el posible colapso de un modelo económico global quemuestra síntomas de agotamiento, con devastadoras consecuencias para lamayoría de la humanidad y amenazas muy serias sobre la estabilidad y laseguridad mundiales.

Lentamente, pero con fuerza, avanza una inaplazable reflexióncompartida, que oscila entre la reforma y la refundación delcapitalismo y que aborda los límites del mercado, el papel de lopúblico y una nueva mirada al Estado (regulador y protector) en laeconomía globalizada.

Algunos analistas vaticinan, incluso, un regreso a los conflictos clásicos y de clase y una recuperación de valores “sólidos” (como la  igualdad, la autoridad, la justicia, el esfuerzo…) frente a los valores “líquidos” (el consumismo, el individualismo, la gratificación inmediata…)  de la etapa postmoderna, sobre los que nos advierte Zygmunt Bauman. Fernando Vallespín, porejemplo, va más lejos y aventura que “incluso es posible que lossindicatos recuperen parte de su poder y prestigio perdido”, pero en unentorno de escasez y dificultades que provocará que  “sus programas losdictará más la conservación de lo ya alcanzado que lo que queda porconseguir, administrar las pérdidas más que anticipar las gananciasderivadas de emprender un nuevo camino”. Es decir, conservar antes quecambiar. La seguridad com mascarón de proa. Todo ello, en un contextoen que, como denuncia John Monks, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), la Europa social y su modelo parecen estar “en franca retirada”.

1. De nuevo, el debate sobre el trabajo
El debate se aleja del ámbito social y se centra, más quenunca, en las condiciones del trabajo y en el modelo productivoeuropeo, amenazado por las nuevas y dinámicas economías asiáticas.Sarkozy, presidente de turno del Consejo de la Unión Europea en elsegundo semestre del 2008, proponía “trabajar más para ganar más”. Lossindicatos sopesan “trabajar menos para trabajar todos”. Algunasempresas sugieren “producir más y cobrar lo mismo” y la mayoría de loseconomistas insisten en que lo importante es mejorar la productividad.Es decir, “trabajar igual (en tiempo y salario) pero producir más”.

Europa tiene la tentación de deslizarse por la peor de lassoluciones. La decisión mayoritaria del Consejo de la UE del pasado 9de junio, sobre la Directiva relativa al tiempo de trabajo,no ha modificado el precepto de que la duración media del trabajo noexceda las 48 horas por cada período de 7 días. Pero apunta laposibilidad de llegar a acuerdos “individuales” entre trabajador yempresario para superar ese tope y alcanzar las 65 horas como máximo,lo que abriría la puerta a un nuevo horizonte de relaciones laborales.Como sucede en el Reino Unido donde cerca de 5 millones de personastrabajan más de 48 horas a la semana.

Finalmente, el pasado 17 de diciembre, el Parlamento Europeo  rechazaba la Directiva.El PE apoyó la posición del ponente parlamentario, el socialistaespañol Alejandro Cercas, que exigía que no hubiera excepciones almáximo de 48 horas semanales. Veremos si después del periodo denegociación entre el Parlamento y el Consejo se frena definitivamenteel texto.

Además existe una notable parálisis legislativa en el campo socialque promueve la sustitución de los procedimientos obligatorios (queprotegen los derechos) por los indicativos y voluntarios (que lospueden conculcar). Y algunas recientes sentencias laborales europeashan legitimado la competencia “desleal” entre empresas de estadosmiembros de la Unión, al aplicar a los trabajadores desplazados otrascondiciones y peores salarios.

2. Reinventar el capitalismo… y el sindicalismo
En este contexto, no hay que ser muy lúcido para darse cuentadel conflicto de fondo que se les presenta a “los sindicatos de clase”en la nueva economía sin fronteras y globalizada. Trabajos locales eindividualizados, pero capitales globales, procesos transnacionales,producción global y la incorporación masiva de las nuevas tecnologíasque transforman radicalmente el empleo y su concepción.

Aunque es urgente, “reinventar el capitalismo” (o sus reglas)llevará su tiempo. Mientras, “reinventar el sindicalismo” (atrapado porla lógica industrial en una sociedad cada vez más post-industrial) o,al menos, sus modelos organizativos y comunicativos para adaptarlos a los nuevos escenarios resulta inaplazable. Los sindicatos se enfrentan a una profunda revisión de su misión, su visión y su percepción pública y social.

Ellos mismos detectan algunos de los síntomas de sus urgencias más evidentes:
la imagen de una organización anclada en el pasado, con escasosrecursos y poco innovadora. Una capacidad de movilización reducida, unadisminución de la simpatía social por las luchas obreras y el rechazo alas formas de protesta que invaden el espacio público (manifestaciones,cortes, encierros, bloqueos, huelgas). Un liderazgo sindical clásico,especialmente la figura del delegado del comité de empresa, ampliamentecuestionado y con una imagen controvertida y devaluada  asociada,demasiadas veces, a la acomodación y al aprovechamiento en beneficiopropio. La falta de centralidad de las políticas de igualdaden la acción sindical y la no aplicación de la paridad en sus cargosrepresentativos (tampoco en las asociaciones patronales) que agrava lapoca  conexión sindical con los jóvenes y las mujeres.Y todo ello junto a una reducción del discurso político a los temassalariales y una percepción pública asociada a algunos privilegios (enespecial en el sector público, donde tienen una presencia másdestacada).

España es un país con bajo nivel de afiliación sindical (alrededor del 15% del total de trabajadores)que se concentra especialmente en grandes empresas industriales y enempresas públicas que representan un porcentaje mucho menor del censototal. La renovación sindical pasa por ampliar sus bases y suinfluencia social. Y, seguramente, por un nuevo modelo de acción queprime la negociación y la propuesta, antes que el conflicto. Para elloharán falta líderes más analistas, reflexivos, propositivos y menosdogmáticos, demagogos y populistas, que participen en el proyectoempresarial, con otra formación y con capacidad para asumirresponsabilidades. También una profunda revisión de algunos principios:cobrar lo mismo no significa cobrar lo justo. Aunque es justo reconocerque la moderación salarial en la negociación sindical en el últimodecenio ha contribuido -y muchísimo- al crecimiento de nuestra economía.

Los sindicatos deben y pueden ejercer un nuevo liderazgo intelectualy político. Reflexionar sobre el entorno actual pero desde unaperspectiva menos ideológica y más cercana a la vida real de laspersonas. El reto no es menor: entender la complejidad de los problemasactuales, analizar rigurosamente su impacto económico y social yencontrar soluciones prácticas basadas en los valores fundamentales.

Esto supone superar el marco de la empresa para asumir un nuevopapel activo en la definición de las políticas de “progreso social yeconómico” y establecer nuevas alianzas estratégicas con otrasorganizaciones sociales que se ocupan de cuestiones de género,comunitarias, derechos humanos, consumidores, ecología… Un sindicalismode proposición, activo en la defensa de los objetivos socialescomunitarios tanto como en la defensa de las condiciones del trabajo desus miembros. Para ello es imprescindible repensar la comunicaciónsindical en la nueva sociedad Red.

Una primera aproximación a la presencia sindical en las redes apuntaa una reciente y creciente implantación. Los contenidos digitalesetiquetados con las siglas de las principales organizaciones (CCOO,UGT, CNT y CGT) en YouTube, en Flickr, en la blogosfera o en las redessociales, como Facebook, significan ya más de 100.000 referencias. Siañadimos los contenidos (sin etiqueta específica de un sindicatoconcreto, pero de temática laboral o sindical) presentes en blogs detrabajadores, profesionales, consumidores, comités de empresa o deplataformas de apoyo a movilizaciones laborales podríamos hablar de unacifra muy superior.

Además en el actual contexto de crisis, los medios de comunicaciónencuentran mayores dificultades para ejercer su función pública por elendurecimiento de las políticas de comunicación de las empresas. Enesta situación, los sindicatos aparecen como primera fuente alternativa a la comunicación empresarial potenciandosu credibilidad y su capacidad de influir en la opinión pública através de los medios, como así lo indica una reciente encuesta, editadapor la Universidad de Santiago de Compostela, llevada acabo entreperiodistas.  Hay nuevas oportunidades.

3. De las pancartas a las redes sociales
La formación online, las campañas de ciberactivismo ylas nuevas formas de protesta virtual, los grupos y acciones en redessociales, los testimonios personales de trabajadores en la Red, losespacios virtuales para formar las conciencias de los trabajadorescompartiendo información, contrastando indicadores de trabajo  yfomentando la participación, etc. son algunos de los ejemplos de unmodelo de presencia pública que sabe utilizar las posibilidades del usocreativo de lo digital.

El fortalecimiento del nexo sindicato-servicio y la dinámicaacción-comunicación son la clave del futuro. Las nuevas tecnologíaspermiten liberar de la invisibilidad a muchas causas y organizar demanera más autónoma, y con una revitalizada cultura de la “unión”, elcorazón y el alma del sindicalismo. Un ejemplo de la recuperación delpapel útil y representativo de los sindicatos se encuentra en lasiniciativas digitales: el sindicalismo 2.0, que explora nuevas relaciones entre los sindicatos, sus asociados y los trabajadores en general. Veamos algunas iniciativas.

Los testimonios en la Red. El uso de lastecnologías permite a los trabajadores  superar el anonimato y eldesconocimiento de muchas realidades sociales. Anna Sam, una jovenlicenciada en literatura francesa y cajera en un supermercado en laperiferia de Rennes, ha roto la rutina diaria con un blog (Cajera sin futuro)donde cuenta sus experiencias y sus desesperanzas. La motivación, trasaños enfundada en un impersonal uniforme,  fue la rutina, ladeshumanización y la falta de expectativas profesionales. Su blog hasuperado los centenares de miles de visitas, un diario la ha elegido“bretona del año en 2007″ y la fama digital la ha llevado a entrevistasen los medios de comunicación, así como a la  reciente publicación desu libro “Tribulaciones de una cajera” que ya ha vendido más de 100.000 ejemplares.

La protesta virtual. Se ensayan nuevas formas de protesta en la Red. Los trabajadores de IBM hicieron historia al convocar en Second Life,el 27 de septiembre de 2007, la primera huelga virtual contra lapropuesta de la dirección de la multinacional de recorte salarial de1.000 euros al año a toda la plantilla (9.000 personas). Su éxito“sindical” fue su repercusión “mediática”. Nuevas eficacias  y nuevasfuerzas.

El videosindicalismo. El uso innovador del videopara la acción sindical es todavía una práctica muy incipiente perocontamos con iniciativas como la ensayada por la televisión porInternet  streik.tv (streik=huelga), impulsada por el sindicato alemán ver.di, para la acciones de huelga de empleados de servicios públicos en Alemania.

El ciberactivismo.  La campaña Menos tetas y más trabajoha conseguido un gran éxito mediático con una contraprogramacióninteligente, diferente, sin daños “materiales” y con mucho sentido delhumor que reventó la presentación del famoso calendario de las chicas Pirelli 2009.Las empresas viven de su reputación, el valor de las marcas es su valorintangible. Muestra de ello es la reciente petición al gobierno deAntonio Vercher, fiscal coordinador de medio ambiente y urbanismo, paraque reforme el Código Penal y permita que se publiciten las condenascontra empresas contaminantes ya que, según afirma, “es más eficazdesprestigiar a una firma que multarla”.

El nuevo ciberactivismo puede ser un excelente y ocurrente medio para establecer escenarios de “lucha” en mejores condiciones y con mayor acogida social. La imaginación puede ser la solución y las nuevas tecnologías el medio.

La formación online. Plataformas como eccooresponsables.compretenden formar las conciencias de los trabajadores en temasmedioambientales. Se trata de una herramienta de documentación paraampliar conocimientos sobre medio ambiente y desarrollo sostenible, deun espacio virtual para intercambiar buenas prácticas, ofrecerinformación de actualidad, compartir y fomentar la participación.
Las escuelas de formación de los sindicatos, por ejemplo,  hace yatiempo que han ensayado con éxito nuevos espacios digitales para laformación de dirigentes y, también, para la formación de nuevasaptitudes profesionales de carácter transversal (dirección y motivaciónde equipos, técnicas de negociación, planificación de reuniones y deagendas). La formación permanente es un espacio de legitimidad yproyección para un sindicalismo de servicios.

La información digital. La Red ofrece excelentesplataformas para verificar, comprobar y contrastar todo tipo deindicadores de empleo o condiciones de trabajo precarias, por ejemplo,que pueden ser excelentes recursos para una información proactiva.  

DecentWorkCheck.org o Wageindicator.org (en España “TuSalario.es“),que permiten realizar un seguimiento y comparar las condiciones deempleo y niveles salariales a nivel internacional, se han convertido enreferentes “sindicales” gracias al uso creativo de las nuevastecnologías y a la gestión de las bases de datos públicas. O el Google Maps de la crisis en Catalunya,creado por UGT y Avalot, ha permitido ilustrar (y denunciar) algunos delos ERE que afectan a los trabajadores, en especial los de medianas ypequeñas empresas, “trabajadores ocultos”  que no aparecen en losmedios convencionales.

Las campañas en la Red. Una ofensiva sinprecedentes para defender los derechos de los trabajadores ha sido lacampaña organizada contra la directiva de las 65 horas aprobada por elConsejo de Ministros de la UE.Los sindicatos hanrealizado una ardua labor luchando para que los europarlamentarios novotaran a favor de la directiva y denunciando que su aprobaciónsupondría el regreso a unas condiciones laborales del siglo XIX. Juntoa las manifestaciones en la calle y a la  presión diplomática hacia loseuroparlamentarios por parte de representantes sindicales, la lucha através de las ciberacciones ha tenido un papel crucial.

Dos espacios han lanzado, recopilado y organizado toda la cibercampaña: ¿65 horas? ¡Ni de coña! (que ha conseguido más de 11.000 personas agregadas en el grupo de Facebook y más de 110.000 correos enviados a los eurodiputados) y la desarrollada por la UGT de Catalunya a través de su campaña hazteelsueco.org (con 354.000 correos enviados a los eurodiputados) o  la “Cause” de Facebook con casi 1.000 participantes.

La iniciativa ha incluido múltiples recursos que rápidamente se hanextendido por la Red, imaginativas e innovadoras aplicaciones que sepodían integrar en webs y blogs y que permitían sumarse en contra de ladirectiva. Entre ellas, la más destacable: la posibilidad de sumarse ala manifestación virtual que en una semana consiguió 2.500 participantes.

Frente a la destrucción de derechos laborales la unión ha sido larespuesta: la unión e interacción de sindicalistas, trabajadores,ciberactivistas, bloguers y ciudadanos. Como destaca José A. Rodríguez,coordinador de la web de la UGT de Catalunya, “se ha configurado un“frente” social y sindical en Internet para combatir ideológicamente ladirectiva, se ha constituido lo que podría ser la primera campaña decibersindicalismo social porque es la primera que tiene entre susprincipales fuentes “la sociedad civil”.”

Las redes sociales y las ciberorganizaciones.Desafiando algunas recomendaciones que advierten de los posiblespeligros de la acción sindical en la Red, como el uso de los “datamining” y las listas negras que pueden dar  a determinadas empresas una poderosa herramienta de filtro y control, se multiplican enInternet nuevas expresiones organizativas “sindicales” sin “sindicato”.

Como por ejemplo, la experiencia de Unions 2.0 en Facebook,grupo de discusión de sindicalistas, trabajadores y activistas sobrenuevas e innovadoras iniciativas y escenarios para la unión de trabajoen la web 2.0, que ha comprendido la capacidad de las redes socialesdigitales para aumentar el nivel de implicación directa de lostrabajadores o para movilizar seguidores.

La nueva “Union Island”de Second Life, presentada el pasado Primero de Mayo de 2008, es unproyecto sindical innovador para construir un lugar de encuentro parasindicatos y sindicalistas globales que les permita encontrarse ytrabajar conjuntamente en temas comunes de la economía global. Lainiciativa aspira también a usar el mundo virtual para hacer llegar lascampañas sindicales a nuevas audiencias y facilitar a una nuevageneración de activistas online la participación en los sindicatos. Olas redes de trabajadores informales no sindicalizados, como “Vía campesina“, organización de trabajadores rurales, o “StreetNet“, alianza internacional de organizaciones de vendedores de la calle que abarca  asociaciones o grupos de apoyo de once países.

Unanueva cultura solidaria, de apoyo mutuo, de cooperacióne información compartida se extiende en la Red sorteando o superando,en muchos casos, las lógicas organizativas y los métodos de negociacióny representación de la tradicional fórmula del representante sindical ydel comité de empresa.

En un contexto donde la organización del trabajo es cada vez másflexible, donde “el trabajo es local y el capital global” y donde lasempresas y los servicios son cada vez más virtuales y el proceso detrabajo se organiza a distancia: ¿Cómo organizar entonces -como yaapuntaba Manuel Castells en 1996- a los trabajadores, cuyas condiciones de trabajo, empleo, sueldo y protección social son individualizadas?”

La Red puede permitir ensayar nuevas fórmulas más descentralizadas,abiertas y puntuales  para la colaboración más allá de la afiliación yes posible concienciar e implicar a aquellos que, con estructuras másrígidas, se veían excluidos del debate.

4. Recuperar el protagonismo político y público en la sociedad red: de la Internacional al sindicalismo 2.0
Unos sindicatos renovados en sus lógicas organizativas ycomunicativas pueden recuperar el protagonismo político y público, perono por la gravedad de las crisis, sino por las oportunidades para unmodelo de presencia pública que sepa utilizar las posibilidades de lodigital en este contexto.

Las diferentes iniciativas de éxito, que ya se están desarrollandoen la Red, permiten repensar el rol de los sindicatos en la sociedad dela información y la comunicación con nuevas garantías y expectativas. Suponen además una gran oportunidad para que los sindicatos acometan enprofundidad un cambio de estilo y de cultura organizativa que sea capazde hacerlos evolucionar hacia estructuras más flexibles e innovadoras,como ya lo están haciendo gran parte de las empresas, universidades yotras organizaciones.

Configuran una buena base y marcan un camino a seguir, que les puedeconectar con otros sectores sociales (más allá de los industriales ylos públicos), con las nuevas generaciones y con los emprendedores.Favorecen nuevos contratos de proximidad y de servicio con lostrabajadores abriendo la relación más allá del centro de trabajo ymejoran, en definitiva, la presencia pública y mediática de lossindicatos. Conceptos como acción, redes, compartir, información,participación… están en la base de las tecnologías 2.0. ¿No son éstos valores “fundamentalmente” sindicales?

Enlaces relacionados:
Confederación Europea de Sindicatos (CES)
Parlamento Europeo
Cajera sin futuro
Protesta IBM en Second Life
Streik.tv
Menos tetas y más trabajo trabajo
(http://www.ugt.cat/images/stories/calendari_pirelli_08.pdf )
Eccooresponsables.com
DecentWorkCheck.org
Wageindicator.org
TuSalario.es
Google Maps de la crisis en Catalunya
65 horas ni de coña

Hazteelsueco.org
Unions 2.0
Union Island

Vía campesina
StreetNet

Antoni Gutiérrez-Rubí

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