Campañas sindicales online: los próximos diez años

Artículo de Eric Lee, de Labourstart, en el que opina sobre el futuro de las campañas sindicales en la red en los próximos diez años. Campañas con destinatarios más específicos (en función de sus intereses o idioma), con mayor democracia en su confección, más orientadas a dispositivos móviles y con objetivos más ambiciosos que llenar ls bandejas de entrada de mensajes de protesta.

 En noviembre de 2011, la dictadura militar en Fiyi encarceló a dos de los líderes sindicales más prominentes del país. Tras el lanzamiento de una campaña en línea patrocinada por la Confederación Sindical Internacional (CSI) dentro del sitio web LabourStart, se enviaron unos 4.000 mensajes de protesta en menos de 24 horas. El gobierno cedió, los dirigentes sindicales fueron liberados, y se suspendió la campaña. Un mes antes, los trabajadores de Suzuki afectados por un cierre patronal en la India emprendieron una campaña en línea con éxito a través de la Federación Internacional de Industrias Metalúrgicas (FITIM) y LabourStart. Casi 7.000 mensajes inundaron las bandejas de entrada de la compañía, y después de sólo unos pocos días, se alcanzó un compromiso.

El espectacular éxito de esas campañas es la culminación de un proceso de una década de aumento de la capacidad de hacer campañas del movimiento sindical internacional – en particular la de la CSI y las Federaciones Sindicales Internacionales (como el FITIM), y del papel desempeñado por LabourStart en ese proceso.

Este breve ensayo se centrará de manera muy focalizada en el tema de las campañas sindicales mundiales en línea, para ver dónde hemos estado, dónde estamos ahora, y para especular hacia donde ir.

El movimiento sindical mundial lleva un cuarto de siglo organizando campañas en línea. Los primeros secretariados internacionales (que ahora se llaman federaciones sindicales mundiales – FSI) iniciaron su actividad online en la década de 1980 y han estado haciendo campañas desde entonces. Casi durante una década, hemos hecho campañas con una combinación de correo electrónico masivo y herramientas web basadas en su mayoría en modelos de éxito, como Avaaz, MoveOn (EE.UU.) y 38 Degrees (Reino Unido). En España esta destacando Actuable

Hoy en día la CSI y las FSI tienden a hacer campaña, ya sea usando LabourStart, o utilizando un sistema similar al de (y sobre la base de) LabourStart de software y modelo a medida. Como resultado las listas de correo de LabourStart no han parado de crecer, de tan sólo un par de miles de personas hace una década a más de 80.000 en la actualidad. Esas listas de correo de activistas sindicales están en el corazón de las campañas sindicales online de hoy.  Ellos son los que nos permiten entregar 4.000 mensajes de protesta en 24 horas, como se hizo con Fiyi.

Pero el potencial es mucho mayor que esto. La CSI, por ejemplo, dice representar a 175 millones de trabajadores en más de 150 países. Los 80.000 nombres de activistas en las listas de LabourStart son una pequeña fracción de ese número – ni siquiera la mitad del uno por ciento. Otras organizaciones de campaña, que han crecido de la nada sin un público integrado en su base de afiliación, como los sindicatos, lo tienen mucho más grande. Por ejemplo, Avaaz influye sobre 10.300.000 seguidores en todo el mundo; 38 Degrees en el Reino Unido influye en 800.000 seguidores. Los sindicatos han tardado en entender la importancia de las campañas online, y como consecuencia llevan un retraso sobre ONGs como estas.

Saber por qué los sindicatos van a la zaga en la adopción de tecnología eficaz en las campañas online es complicado, y varía de un sindicato a otro y de un país a otro. A medida que el uso generalizado de las redes sociales como Facebook y que mostró la Primavera Árabe, aquí no es aplicable una simple división Norte / Sur. Algunos de los sindicatos más poderosos en algunos de los países más ricos utilizan la red de manera deficiente. Y ha habido una utilización muy eficaz de campañas realizadas en la red por los sindicatos en países como Brasil y Corea del Sur. El movimiento sindical mundial ya está experimentando los problemas de fatiga de campaña y de sobrecarga de información. Existe el temor de que el modelo de campañas que ha funcionado bien durante una década pueda estar flaqueando. Y hay dudas acerca de lo que viene ahora.

¿Qué viene ahora?

Una tendencia notable es el crecimiento en el número de idiomas en los que se difunden las campañas. Por ejemplo, en una campaña lanzada en noviembre de 2011 en apoyo de trabajadores  del metal afectados por el cierre patronal en Turquía, LabourStart produjo versiones en 13 idiomas (Avaaz funciona en 14 idiomas). Esto está muy lejos de los días en que los sindicatos publicaban online tan sólo en Inglés, francés y español. Casi todas las campañas de LabourStart aparecen ahora en turco, árabe, ruso, chino y japonés – idiomas de enorme importancia para el movimiento sindical internacional, pero las que hace una década rara vez se podían encontrar en sitios web de sindicatos mundiales. En los próximos diez años podemos esperar que se utilicen más idiomas – especialmente las lenguas de los países con creciente clase obrera industrial, como el tailandés, tagalo, coreano, portugués, indonesio y vietnamita. Dentro de una década, no será raro ver a las campañas online se ejecuten en docenas de idiomas.

Los activistas de la sociedad civil más sofisticados (y mejor financiados) están incrementando la focalización (target) de sus campañas, en lugar de utilizar modelos que sirvan para todo. Si has mostrado interés en un tema particular, o procedes de un país específico, o hablas una lengua determinada, puedes ser objetivo de campañas por las que tienes más probabilidades de mostrar interés. Puedes ser abordado por campañas de seguimiento, porque sabemos por experiencia que una sola una campaña rara vez resuelve problemas difíciles y de larga duración. Como mínimo veremos la creación de extensas bases de datos que mostrarán quién ha apoyado qué campañas, y los sindicatos mundiales serán capaces de utilizar estas para crear redes de activistas centradas en temas o regiones específicos.

También es probable que en la próxima década cambie cómo se crean las campañas. Es una simplificación afirmarlo, pero básicamente, en los últimos diez años, nos hemos movido a través de dos fases. En el primer período, LabourStart se acercaría a la CSI (y su predecesora, la CIOSL) y a las FSI y sugiriéndoles un componente online para sus campañas tradicionales. Pero en los últimos años, ha sido al revés,  las FSI han contactado con LabourStart con un creciente número de campañas que debían ser promovidas online. Como el número de campañas que se propone crece, cada vez hay más problemas para priorizar, e incluso rechazar, algunas peticiones.

Una tercera fase podría incluir la participación de los propios partidarios de la campaña en el proceso – algo que ya se ha hecho en 38 Degrees. Cuando hay cuestiones que requieran nuestra atención, podemos permitir a los usuarios votar online por la promoción de campañas que lo merezcan. Esta es sin duda una idea muy radical y extraña a las tradiciones de una mayoría de sindicatos. Por lo general, las campañas sindicales se deciden en la dirección central, no por un voto en la base. Sin embargo, parece probable que tendrán que moverse en la dirección de la base, hacia la toma democrática de decisiones – y no sólo porque ofrece una solución al problema de la priorización. También da a los participantes en las campañas un sentido de propiedad, lo cual también es importante.

El modelo de las campañas globales sindicales online de hoy en día sigue estando muy centrado en el PC. Nos imaginamos a miles de sindicalistas que trabajan en oficinas, sentados en sus mesas leyendo un correo electrónico, haciendo clic en un enlace que abre una página web y rellenar un formulario. Pero en la próxima década, y hasta cierto punto, incluso hoy en día, así no es como va a funcionar la gente. Un porcentaje significativo de los que ahora conocen una campaña sindical global a través de correo electrónico la están leyendo en un teléfono inteligente, como un Blackberry o un iPhone. Si hacen clic en un enlace en el mensaje, la página web que muestra debe presentarse correctamente en una pantalla muy pequeña, y la entrada de datos tales como su nombre y dirección de correo electrónico, debe ser lo más simple y fácil posible. Pocos sindicatos han tenido esto en cuenta, pero será esencial en los próximos años. Como resultado, es probable que veamos el surgimiento de aplicaciones de campaña en pequeñas pantallas específicas para los sindicatos. Estas aplicaciones deberán ser independientes de la plataforma, capaces de trabajar en todo tipo de teléfonos y tabletas. Y, por supuesto, el modelo de mensajes de correo electrónico que apunta a sitios web se está desvaneciendo a medida que más y más personas comienzan a utilizar las redes sociales como Twitter y Facebook como sus modelos de comunicación online. Entre los jóvenes, los estudios muestran una disminución en el uso del correo electrónico y una creciente dependencia de otras herramientas, como Blackberry Messenger (BBM) y SMS.

Los sindicatos tienen que tener esto en cuenta en el momento de decidir la forma de promover sus campañas, y es probable que dentro de una década, se tengan que utilizar al mismo tiempo una amplia gama de medios de comunicación – incluyendo las redes sociales y mensajería instantánea – para llegar a sus afiliados y simpatizantes. El correo electrónico es probable que siga siendo parte de ese paquete, pero ya no puede ser la única manera de correr la voz.

Dentro de una década probablemente descubriremos otras cosas, campañas de protesta en línea que puedan hacer algo más que llenar la bandeja de entrada de los empleadores y los gobiernos con mensajes de protesta. Lo más probable es que sigamos haciéndolo, pero tenemos que encontrar otras formas de presionar a los gobiernos y a los empleadores para que respeten los derechos de los trabajadores. Una de las herramientas tradicionales de los sindicatos y que ha sido infrautilizada en los últimos años ha sido el boicot – y su opuesto, las campañas de "compra recomendada por sindicatos".  Ambas pueden llevarse a cabo con mayor eficacia en la red, y con una fracción del costo que de la manera tradicional, fuera de línea. En un mercado altamente competitivo, si los sindicatos podemos causar una pequeña caída de las ventas de una empresa, y el crecimiento de otras, nos puede dar el impulso que nunca tuvimos en el pasado.

Y más allá de usar nuestro poder como consumidores para premiar y castigar a las empresas, podemos inspirarnos en el ejemplo de la Primavera Árabe y considerar la posibilidad de utilizar las campañas online no sólo para aplicar la presión en la red, sino como una herramienta para unir a la gente en las calles.

Dentro de una década los sindicatos mundiales seguirán haciendo campañas en la red, pero lo harán de una manera radicalmente diferente a la forma en que trabajamos hoy en día – y el resultado será unos sindicatos más poderosos y eficaces. Pero para lograrlo, debemos estar abiertos a nuevas ideas y nuevas formas de trabajar.

 

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